VIERNES IV
Puedes comenzar esta oración diciendo:
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
- Señor, abre mis labios.
- Y mi boca cantará tus alabanzas.
- Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
- como era en un principio...
Por dolor creyente que brota del pecado;
por no haberte querido de todo corazón;
por haberte, Dios mío, tantas veces negado,
tantas veces pedido, de rodillas, perdón.
Por haberte perdido; por haberte encontrado.
Porque es como
un desierto nevado mi oración;
porque es como la hiedra sobre un árbol cortado
el recuerdo que brota cargado de ilusión. |
Porque es como la hiedra, déjame que te abrace,
primero amargamente, lleno de flor después,
y que a mi viejo tronco poco a poco me enlace,
y que a mi vieja sombra se derrame a tus pies.
¡Porque es como la rama donde la savia nace,
mi corazón, Dios mío, sueña que tú lo ves!.
Amén
|
SALMO 118,161-168
Los nobles me perseguían sin motivo
Los nobles me persiguen sin motivo,
pero mi corazón respetaba tus palabras;
yo me alegraba con tu promesa,
como el que encuentra un rico botín;
detesto y aborrezco la mentira,
y amo tu voluntad.
Siete veces al día te alabo
por tus justos mandamientos;
mucha paz tienen los que aman tus leyes,
y nada los hace tropezar;
aguardo tu salvación, Señor,
y cumplo tus mandatos.
Mi alma guarda tus preceptos
y los ama intensamente;
guardo tus decretos,
y tú tienes presentes mis caminos
Gloria al Padre, al Hijo...
-
LECTURA BREVE: Gálatas 2,19b-20
Con Cristo he sido crucificado, y ya no soy yo quien vive sino que es Cristo que vive en mí. Y la vida que vivo ahora en el cuerpo, la vivo por mi fe en el hijo de Dios que me amó y se entregó a la muerte por mí.
ADVIENTO: Isaías 7,14-15
NAVIDAD: Isaías 45,22-24
CUARESMA: Isaías 53,11-12
PASCUA: Hechos 5,30-32
Enséñanos, Señor,
a descubrir tu voz y a contemplar tu acción,
tanto en el progreso de la humanidad
como en las convulsiones y tempestades de este mundo.
Que en toda circunstancia nuestros labios
aclamen tu voz potente y magnífica
hasta que el día en que, postrados ante ti
nos bendigas eternamente con la paz.
Por Jesucristo nuestro Señor. Amén
Al terminar la oración, mientras te persignas puedes decir:
El Señor me (nos) bendiga, me (nos) guarde de todo mal + y me (nos) lleve a la vida eterna. Amén
|