DOMINGO POR LA NOCHE
Puedes comenzar esta oración diciendo:
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
- Oh Dios ven en mi ayuda.
- Apresúrate, Señor a socorrerme (nos).
- Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
- como era en un principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén
A ti, Señor del universo
en esta noche suplicamos
que venga tu bondad de Padre
a bendecir nuestro descanso.
Y mientras el cuerpo reposa,
vigile el corazón amante,
y por la luz de tu Palabra
nuestra oración sea constante. |
Por este día que nos diste,
a ti, Dios Padre, damos gracias,
a Jesucristo Señor nuestro,
y al que consuela nuestras almas.
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Al terminar el día nos ponemos en presencia del Señor para mirar el día que termina:
- Bendice al Señor por los momentos
en que fuiste consciente de su cercanía;
- da gracias al Señor por los dones
que te ha dado durante el día;
- pide perdón por el mal que hiciste
o el bien que dejaste de hacer.
Salmo 133
Oración Vespertina en el Templo
Alabad al Señor, sus siervos todos,
los que le teméis, pequeños y grandes. (Ap 19,5)
Y ahora bendecid al Señor,
los siervos del Señor,
los que pasáis la noche
en la casa del Señor.
Levantad las manos hacia el santuario
y bendecid al Señor.
El Señor te bendiga desde Sión,
el que hizo cielo y tierra.
Gloria al Padre, al Hijo...
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LECTURA BREVE: Apocalipsis 22,4-5
Verán el rostro del Señor, y tendrán su nombre en la frente. Y no habrá más noche, y no necesitarán luz de lámpara ni de sol, porque el Señor Dios alumbrará sobre ellos, y reinará por los siglos de los siglos.
Para alabar al Señor al terminar el día puedes rezar
el Cántico de Simeón (Lc 2,29-32).
Ahora, Señor, según tu promesa,
puedes dejar a tu siervo irse en paz,
porque mis ojos han visto a tu Salvador,
a quien has presentado ante todos los pueblos:
luz para alumbrar a las naciones
y gloria de tu pueblo Israel.
Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo...
Humildemente te pedimos, Señor,
que después de haber celebrado en este día
los misterios de la resurrección de tu Hijo,
sin temor alguno, descansemos en tu paz,
y mañana nos levantemos alegres
para cantar nuevamente tus alabanzas.
Por Cristo nuestro Señor. Amén
La Iglesia concluye la oración de la noche, invocando
a la Virgen María. Puedes rezar el Ave María u otra oración mariana.
Al terminar la oración puedes decir:
El Señor me (nos) conceda una noche tranquila y una muerte santa. Amén
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