TARDE
DOMINGO II

 

Puedes comenzar esta oración diciendo:

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

- Oh Dios ven en mi ayuda.
- Apresúrate, Señor a socorrerme (nos).

- Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
- como era en un principio, ahora y siempre,
  por los siglos de los siglos. Amén

  • HIMNO

¿Dónde está muerte, tu victoria?
¿Dónde está muerte, tu aguijón?
Todo es destello de su gloria,
clara luz, resurrección.

Fiesta es la lucha terminada,
vida es la muerte del Señor,
día la noche engalanada,
gloria eterna de su amor.

Fuente perenne de la vida,
luz siempre viva en su don,
Cristo ya es vida siempre unida
a toda vida en aflicción.

Cuando la noche se avecina,
noche del hombre y su ilusión,
Cristo es ya luz que lo ilumina
sol de su vida y corazón.

Demos al Padre la alabanza,
por Jesucristo, Hijo y Señor,
dénos su espíritu de esperanza
viva y terna de su amor. Amén

 

 

 


  • SALMO

SALMO 113b
Himno al Dios verdadero

Ellos mismos hablaban de nuestra llegada a ustedes
y de cómo ustedes abandonaron los ídolos y se volvieron al
Dios vivo y verdadero para servirle. (1 Ts 1,9)

No a nosotros, Señor, no a nosotros
sino a tu nombre da la gloria;
por tu bondad, por tu lealtad.
¿Por qué han de decir las naciones
"Dónde está tu Dios"?

Nuestro Dios está en el cielo,
lo que quiere lo hace.
Sus ídolos, en cambio, son plata y oro,
hechura de manos humanas:

tienen boca, y no hablan;
tienen ojos, y no ven;
tiene orejas, y no oyen;
tienen nariz, y no huelen;

tienen manos, y no tocan;
tienen pies, y no andan;
no tiene voz su garganta:
que sean igual los que los hacen,
cuantos confían en ellos.

Israel confía en el Señor:
él es su auxilio y su escudo.
La casa de Aarón confían en el Señor:
él es su auxilio y su escudo.
Los fieles del Señor confían en el Señor:
él es su auxilio y su escudo.

Que el Señor se acuerde de nosotros y nos bendiga,
bendiga a la casa de Israel,
bendiga a la casa de Aarón;
bendiga a los files del Señor,
pequeños y grandes.

Que el Señor os acreciente,
a vosotros y a vuestros hijos;
benditos seáis del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.
El cielo pertenece al Señor,
la tierra se la ha dado a los hombres.

Los muertos ya no alaban al Señor,
ni los que bajan al silencio.
Nosotros, sí, bendeciremos al Señor
ahora y siempre

Gloria al Padre, al Hijo...

 

  • LECTURA BREVE:                                           Tesalonicenses 2,13-14

Nosotros siempre tenemos que dar gracias a Dios por ustedes, hermanos amados del Señor, porque Dios los escogió para que fueran los primeros en alcanzar la salvación por medio del Espíritu que los hace santos y de la verdad en que han creído. Para esto los llamó Dios por medio del evangelio que nosotros anunciamos: para que lleguen a tener parte en la gloria de nuestro Señor Jesucristo.


Sugerencias de Lecturas:

ADVIENTO2 Tesalonicenses 1,6.7.10
NAVIDADIsaías 65,1
CUARESMA: 1 Corintios 9,24-25
PASCUAHebreos 10,12-14

 

Si oras en grupo, puedes entonar un breve canto responsorial.

 

  • MAGNIFICAT

Te aconsejo rezar el Magníficat, el Himno de la Virgen María, con que la Iglesia cada tarde bendice al Señor (Lc 1,46-55).

Proclama mi alma la grandeza del Señor
se alegra mi espíritu en Dios mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho grandes obras por mí;
y su nombre es santo y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes.
y a los ricos los despide vacíos
.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
como lo había prometido a nuestros padres
en favor de Abraham y de su descendencia por siempre.

Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo...

 

  • PADRE NUESTRO...

 

  • ORACIÓN

Dios Padre creador,
Tú hiciste al hombre a tu imagen y semejanza
para que fuera señor de toda la creación.
Haz que nosotros tus hijos
gocemos contemplando la obra de tus manos
y sólo te adoremos a Ti, ahora y siempre
y por los siglos de los siglos. Amén

 

Al terminar la oración, mientras te persignas puedes decir:

El Señor me (nos) bendiga, me (nos) guarde de todo mal + y me (nos) lleve a la vida eterna. Amén