TARDE
MARTES III

 

Puedes comenzar esta oración diciendo:

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

- Oh Dios ven en mi ayuda.
- Apresúrate, Señor a socorrerme (nos).

- Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
- como era en un principio, ahora y siempre,
  por los siglos de los siglos. Amén


  • HIMNO

Como el niño que no sabe dormirse
sin cogerse a la mano de su madre,
así mi corazón viene a ponerse
sobre tus manos, al caer la tarde.

Como el niño
que sabe que alguien vela
su sueño de inocencia y esperanza,
así descansará mi alma segura
sabiendo que eres tú
quien nos aguarda.

Tú endulzarás
mi última amargura,
tú aliviarás el último cansancio,
tú cuidarás los sueños de la noche,
tú borrarás las huellas de mi llanto.

Tú nos darás mañana nuevamente
la antorcha de la luz y la alegría,
y, por las horas
que te traigo muertas,
tú me darás una mañana viva.  Amén


  • SALMO


SALMO 130
Como un niño, Israel se abandonó en brazos de Dios

Aprendan de mí, que soy paciente y de corazón
humilde; así encontrarán descanso. (Mt 11,29)

Señor, mi corazón no es ambicioso,
ni mis ojos altaneros;
no pretendo grandezas
que superan mi capacidad;
sino que acallo y modero mis deseos,
como un niño en brazos de su madre.

Espera Israel en el Señor
ahora y por siempre

Gloria al Padre, al Hijo...

 

  • LECTURA BREVE:                                                          Romanos 12,9-12

Amense sinceramente unos a otros. Aborrezcan lo malo y apéguense a lo bueno. Amense como hermanos los unos a los otros, dándose preferencia y respetándose mutuamente. Esfuércense, no sean perezosos y sirvan al Señor con corazón ferviente. Vivan alegres por la esperanza que tienen. Soporten con valor los sufrimientos. No dejen nunca de orar.                 

Sugerencias de Lecturas:

ADVIENTO: 1 Corintios 1,7-9  
NAVIDAD: 1 Juan 1,5-7
CUARESMA: Isaías 58,1-2
PASCUA: 1 Pedro 3,21-22

 

  • PADRE NUESTRO...

 

  • ORACIÓN

Señor Jesús, tú eres manso y humilde de corazón.  
No permitas que nuestro corazón sea ambicioso. 
Ayúdanos a moderar nuestros deseos
y a poner en ti nuestra esperanza, 
como un niño espera en brazos los de su madre.  

Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén

 

Al terminar la oración, mientras te persignas puedes decir:

El Señor me (nos) bendiga, me (nos) guarde de todo mal + y me (nos) lleve a la vida eterna. Amén